Sabes la verdadera historia del porque La Luna tiene
una silueta de un Conejito…
En un valle distante había construido su
madriguera una mamá conejo, y ahí tuvo un pequeño Conejito que era lindo,
curioso y travieso, era esponjoso, muy comelón
y también cariñoso.
Su comida favorita es la “Lechuguita”, tiene muchas
cualidades, una de ellas es que es un conejito
es muy sentimental, la mamá conejo siempre le decía que su corazón parecía más al
de un Pollito…
Pero con el paso del tiempo el conejito inquieto ya lo había
recorrido todo, cada agujero, cada rama, cada hoja y hasta el arroyuelo del
valle.
Cada noche antes de dormir, el conejito veía La Luna y
quedaba maravillado por lo Hermosa que es, Mamá conejo lo abrazaba muy fuerte y
le daba besitos esquimales, le hacía cosquillas en la barriga y le daba a
morder dulces raíces florarles antes de arroparlo para dormir.
Pero conejito cada noche le decía lo mismo a la mamá
conejo, ¡Quiero estar con La Luna, darle un fuerte abrazo y muchos besitos
esquimales! Exclamaba siempre el Conejito…
La mamá Conejo, le decía que cerrara sus
ojitos y que soñara que estaba junto a la Luna.
Ya habrá tiempo para eso, decía mamá conejo, cuando seas más fuerte y te hagas mayor
irás a donde quieras, pero aún eres mi conejito soñador y te quedarás conmigo porque
eres pequeño e indefenso, el conejito se
contentaba y se dormía, mirando la luna
e imaginando que estaba con ella…
Paso el tiempo y El Conejito crecía haciéndose grande y
fuerte, el pensaba en cada noche que podía ver a su amada Luna y que llegaría el
momento que estaría junto a ella.
El Conejito siempre estaba pensando como llegar a
estar junto a su amada Luna y como llegar junto a ella.
Mas ocurrió un día que a las orillas del frondoso
valle se escuchó un rugido raro, y conejito corrió a ver que ocurría, era un
camión enorme el que rugía y conejito se trepó en él pensando que lo podría llevar
al fin con su amada Luna.
Entonces el
camión se sacudió, tosió y arrancó a toda velocidad con todo y conejito quien
sorprendido se carcajeaba y decía: ¡adiós, adiós valle! ¡adiós, adiós señor
búho y señor topo! ¡adiós, adiós peces del arroyo! ¡adiós, adiós a todos! ¡Me
voy, me voy al fin con mi amada Luna y podre darle un fuerte abrazo y muchos besitos
esquimales para siempre! ¡No más conejito soñador! ¡Al Fin estaré junto a ella!
Sobre el camión observó el conejito muchos caminos,
bosques y un lago, luego una gran carretera que se doblaba como una serpiente y
después observó a una ciudad iluminarse mientras caía el atardecer, se acerca
la hora decía El Conejito creyendo que al fin estaría con su amada Luna.
Aquel lugar era como un laberinto, lleno de ruidos y
gente corriendo.
Nadie escuchaba ni era amable o atento, y conejito
comenzó a sentir miedo.
Entonces respiró hondo y miró el cielo, ahí estaba su
amada Luna y vio que seguía tan lejos como siempre y que el camión no lo había llevado
con ella, que solo lo había alejado del valle, en esos momentos el conejito
sintió un hueco en el pecho y en su pequeño corazón de Pollito.
Conejito se asustó, no sabía como regresar… se dio
cuenta de que en verdad estaba demasiado
lejos del valle, Conejito lloró y sollozó mirando a su amada Luna, sabía que en
algún lugar lejos, estaba ella y nunca, nunca podría estar junto a ella, aunque
la amara con todo su corazón y que simplemente había sido un conejito soñador.
Paso el tiempo y el Conejito empezó a tratar de
recordar el camino al Valle, logro salir de la ciudad, empezó a recorrer aquella carretera en forma de serpiente que se doblaba, llego a pasar aquel
Lago y el bosque, caminando aquellos caminos donde había pasado, cuando logro
ver su Hermoso Valle lleno de arboles frutales y bellos paisajes, el Conejito
soñador, con lagrimones corriendo por sus mejillas peludas y su barriguita
gruñendo de hambre, gruñendo por comer la Lechuguita que tanto le gustaba, corrió
al Valle , buscando aquella madriguera donde estaba la mamá conejo.
Al llegar a la madriguera la encontró vacía y no
estaba la mamá conejo, el señor búho que todo lo había visto se le acerco y le
dijo, la mamá conejo te estuvo buscando por mucho, mucho tiempo, al no saber
nada de ti, su corazón se puso muy triste y murió de tristeza, me ha dejado esta carta para ti, porque ella
sabía que tenias que regresar algún día, el Conejito que no podía creer lo que
escuchaba, abrió la carta leyó lo que decía;
Mi Conejito Soñador, con corazón de Pollito, cuando
leas esta carta, no te entristezcas, ya que yo siempre estaré contigo, yo se
que fuiste a buscar a tu amada Luna y también se que no has podido estar con
ella, Pero ten presente que así como tu la Amas ella también te Ama, como yo también
te amo a ti.
Conejito soñador, yo estaré contigo aún cuando este
muy lejos de ti, cuando mires a tu amada Luna, me estarás mirando a mi también,
cuando veas su mancha y si ves bien yo estaré allí, para darte las buenas
noches, tú y yo nunca estaremos separados, pues aunque seas un gran soñador, podrás
observar la Luna llena, incluso la luna menguante y sabrás que en su tenue
brillo viaja todo mi amor para ti, Mi Conejito soñador mira la luna y estaremos
juntos como hoy, como siempre, te lo prometo yo…
Conejito suspiro y dijo que no quería volver a estar
sin ella, porque estar sin ella le hacía sentir un hueco gigante en el pecho y
en su corazoncito de pollito.
Conejito, mira a su Amada Luna todas las noches y se
imagina que esta junto a ella y su mamá coneja, sueña que están con él, en el valle,
las abraza muy fuerte y les da muchos besitos esquimales.
Fin..
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